Actualmente, encontrar porno es lo más fácil del mundo, gracias a la ingente cantidad de escenas de este tipo que hay en Internet, al alcance de cualquiera. En los años 90, e incluso a principios de los 2000, cuando la red no estaba tan extendida, cualquier chico joven tenía que conformarse con revistas o películas en VHS. La edad para iniciarse en este tipo de contenido era algo mayor, pero siempre dentro de la adolescencia. Sin embargo, esa edad está bajando de forma alarmante en los últimos años. Sería iluso pensar que hoy por hoy no hay un montón de jóvenes menores de edad con un acceso totalmente impune a la pornografía. Y no hablamos solo del porno “normativo”, sino también a ese tipo de porno extremo en el que hay incluso sangre o maltrato. Esto puede llegar a generar ideas muy confusas en esas mentes todavía en desarrollo, sobre lo que significa el sexo.
Porque al fin y al cabo, el porno no es más que una fantasía en la pantalla. Como cualquier otra película, se nos entrega en forma de ficción hecha realidad, pero no deja de ser ficción. Esa diferencia es importantísima a la hora de entender que el sexo en la vida real no es así, porque de lo contrario podríamos quedar muy frustrados cuando tengamos nuestras primeras experiencias. En muchos estudios están apareciendo las consecuencias de un exceso de exposición al porno actual, que genera una situación sexual de frustración por no poder “estar a la altura”. Hay que saber disfrutar del porno en su justa medida, entendiendo como ya hemos dicho que no es la realidad. Sin embargo, resulta complicado no dejar volar la imaginación y fantasear, sobre todo viendo a ciertas actrices en estas escenas. Todos tenemos nuestras favoritas, que no tienen por qué ser las más famosas o reconocidas dentro de la industria. Cada año salen novatas que deslumbran, o descubrimos a una chica a la que no habíamos prestado mucha atención… hasta ahora. Y en la mente de cualquier espectador masculino, ese sueño por cumplir: tener sexo con una actriz porno. Pero, ¿es tan maravilloso como parece?
El sueño de muchos hombres
Entramos aquí en el terreno de la fantasía sexual, por supuesto. Y es que las actrices porno son chicas normales con un trabajo muy especial, pero no son seres que vivan en otra dimensión. Están entre nosotros, y seguramente tengan muchas relaciones sexuales con tipos normales fuera de su trabajo. Sin embargo, la pantalla supone un filtro de irrealidad que las convierte en personas inalcanzables, casi como esas actrices de cine comercial o esas cantantes a las que es imposible aspirar. Cuando un chico normal y corriente conoce a una actriz porno, es natural que haya cierta tensión sexual. Ella lo sabe, y dependiendo de si le gusta o no el chico, podría aprovecharlo. La fantasía de hacerlo con una pornstar está ahí, instalada en nuestra mente, aunque sea algo bastante improbable.
Sexualidad y pasión sin límites
¿Y por qué fantaseamos tanto con tener sexo con una estrella del porno? Las razones pueden ser muy variadas, pero es evidente que hay un deseo sexual muy explícito en este tipo de relaciones. Hemos visto a esas mujeres desnudarse y tener sexo con otros hombres. Sabemos lo hermosas y atractivas que son, y también la fogosidad que llevan dentro. Hemos accedido, de manera previa, a esa sexualidad que poseen, como ver lo que una chica es capaz de hacer antes de acostarnos con ella. La hemos visto en sus momentos más excitantes y, por supuesto, nos hemos quedado prendados de esa lujuria que nos demuestra en los vídeos y escenas que protagoniza. El porno consiste en generar fantasías sexuales y llevarlas a la realidad con la chica que las protagoniza sería una auténtica delicia para nosotros.
Por no hablar del hecho de que estas estrellas del porno suelen ser mujeres tremendamente atractivas y sobre todo, muy sexuales. La mayoría de nosotros encuentra buenas parejas sexuales, con más o menos fortuna. Algunas chicas son muy ardientes y de hecho superan nuestras expectativas. Otras, en cambio, se limitan a tener sexo de la forma habitual, sin salirse demasiado de lo “normativo”. En las estrellas del porno podemos encontrar a mujeres ardientes de verdad, salvajes y muy liberadas en el terreno sexual, que no nos pondrán ningún tipo de barrera a la hora de entregarnos al placer más excitante. La experiencia que ha ido adquiriendo esa mujer, como profesional del sexo, la convierte en una verdadera experta en las artes amatorias. Además, es capaz de llevar a cabo todas las fantasías que nos podamos imaginar, así que es obvio que vamos a estar deseando disfrutar de cualquier estrella del porno.
La presión de estar a la altura
Sin embargo, hay un punto que hace que la balanza se equilibre, y es el miedo a no estar a la altura. Como decíamos al principio, el porno sirve como fantasía sexual en pantalla, y se lleva el sexo a un extremo casi irreal. Las relaciones que se tienen ante la cámara son cien por cien explícitas, dos personas teniendo sexo, pero no son dos personas cualquiera. Son profesionales del placer, con cuerpos espectaculares, y medidas muy por encima de la media, en el caso de los hombres. Las pornstars están acostumbradas a disfrutar del sexo con varones muy bien dotados, y por más que digan que saben separar el trabajo del placer, las experiencias con ese tipo de amantes marcan. Cuando están con un chico “normal” es lógico que tengan otro tipo de experiencias distintas.
Sin embargo, las propias estrellas del porno tratan de relajar a los hombres aludiendo a su propia trayectoria profesional. El sexo ante la cámara puede parecer muy excitante, pero en realidad no es tan real como el que puedan tener dos personas en la intimidad de su cuarto. Y da igual si no estás tan bien dotado o no tienes tanta experiencia como esos actores que ves en las escenas. Ellas, de hecho, no buscan eso en la vida real. Ya lo tienen en el trabajo. Lo que necesitan de un amante es que sepa ser cariñoso, que las haga disfrutar no solo con el sexo puro y duro, sino también con el ambiente, con la compañía. Dejarnos llevar por la pasión y no pensar tanto en estar “a la altura” es la mejor decisión que podemos tomar.
Ellas, abiertas a disfrutar fuera del trabajo
Y es que el porno al final es un trabajo para estas chicas. Uno que disfrutan en la mayoría de ocasiones, por supuesto, pero no deja de ser una obligación. A veces, convertir lo que más te gusta en tu modo de vida puede resultar un poco peligroso, porque pierde ese punto excitante de hacer lo que quieras cuando quieras. Las profesionales del porno deben buscar la manera de disfrutar del sexo real fuera de los platós, así que no tienen ningún problema en estar con chicos “normales”. De hecho, muchas de ellas han confesado que prefieren tener a hombres normales y corrientes como amantes que a otros compañeros de gremio. Y no son pocas las pornstars que incluso han reconocido orgullosas haber tenido sexo con sus fans. Así que no está todo perdido…